El sexo con penetración es una experiencia en la que la lubricación juega un papel crucial. Aunque la vagina puede producir su propia lubricación, agregar un lubricante íntimo puede mejorar instantáneamente la experiencia y mantenerla durante el tiempo que desees. Sin embargo, la elección del lubricante no solo afecta su eficacia y deslizamiento, sino también su impacto en la salud vaginal, dado su contacto con la vagina. Y según los ginecólogos, el tipo de lubricante que es más probable que mantenga el equilibrio bacteriano saludable de la vagina es uno que podría sorprenderte: el lubricante a base de silicona.
Resumiendo los tipos de lubricantes, el lubricante a base de silicona es una de las tres categorías comunes, junto con los lubricantes a base de agua y aceite. Aunque algunas personas pueden preferir las opciones a base de agua o aceite, como por ejemplo elegir lubricantes a base de agua por su compatibilidad con juguetes sexuales de silicona o lubricantes a base de aceite para aprovechar las cualidades calmantes de ciertos tipos de aceites, los lubricantes a base de silicona son considerados más seguros para mantener la salud vaginal, según los profesionales médicos, ya que no requieren conservantes.
La ausencia de agua en los lubricantes a base de silicona impide el crecimiento de bacterias en ellos. Esto significa que no necesitan conservantes. Si bien esto es beneficioso desde el punto de vista de la sensibilidad de la piel, también es beneficioso para el microbioma vaginal y su equilibrio.
Una vagina saludable tiene un pH equilibrado y ligeramente ácido, con un rango de pH de 3.8 a 4.5 (en la escala de pH que va de 0, muy ácido, a 14, altamente básico). Cuando el pH vaginal se desequilibra en cualquier dirección, puede afectar negativamente el microbioma vaginal, lo que a su vez puede permitir el crecimiento de bacterias no saludables e infecciones. Además, perturbar el microbioma puede causar un desequilibrio en el pH, lo cual también puede llevar a infecciones.
Es aquí donde los conservantes en los lubricantes entran en juego. Los conservantes utilizados en los lubricantes a base de agua pueden interferir con los lactobacilos, las bacterias buenas que prosperan en la vagina. De manera similar, los productos a base de aceite, ya sea petróleo, aceite de coco u otros, pueden matar estas bacterias beneficiosas.
Debido a que los lubricantes a base de silicona no contienen agua, tienen un pH neutro y no interfieren con el pH vaginal.
Otra ventaja de los lubricantes a base de silicona es que suelen estar libres de aditivos utilizados para mejorar el deslizamiento en los lubricantes a base de agua, como glicerina, glicerol y propilenglicol. Estas sustancias, así como los edulcorantes y sabores, pueden aumentar algo llamado osmolalidad, que es la medida de cuánto solvente se disuelve en una fórmula. Si la osmolalidad de un lubricante es más alta que la de la mucosa vaginal (por encima de 380 mOsm/kg según la Organización Mundial de la Salud), puede poner en peligro las células vaginales. Un lubricante con alta osmolalidad podría absorber la humedad de las células vaginales, causando daño en el tejido epitelial, irritación y mayor susceptibilidad a infecciones de transmisión sexual.
Si ya tienes un lubricante a base de agua o aceite que te encanta y no experimentas sequedad vaginal, infecciones recurrentes o irritación, es posible que estés bien si continúas usándolo. Sin embargo, es importante asegurarse de no dejar el lubricante en la vagina o la vulva después del sexo, para minimizar cualquier posible interrupción del pH. Cabe destacar que los diferentes lubricantes pueden funcionar de manera diferente en diferentes personas, por lo que no es una mala idea probar algunos hasta encontrar el que mejor funcione para ti.
En cualquier tipo de lubricante, independientemente de su base (agua, aceite o silicona), se deben evitar ciertos ingredientes para mantener la salud vaginal. Es recomendable evitar cualquier producto con fragancias, ya que pueden contener alérgenos y alcohol, que pueden causar irritación y sequedad en la piel. También es importante evitar productos que contengan espermicidas como el nonoxinol-9, que se ha demostrado que destruye la flora vaginal y aumenta el riesgo de vaginosis bacteriana, así como parabenos, que pueden causar dermatitis de contacto en personas con piel sensible.
Este artículo no pretende ofrecer consejo médico y siempre se debe consultar con un ginecólogo o médico de cabecera.